En lo que va de la semana, algunas señales que hemos visto en el ámbito político nos da una idea de lo que se observará en los siguientes meses, una vez que comiencen de manera formal las campañas por las diputaciones federales locales y las Presidencias Municipales.
Básicamente, veremos una dura pelea por conservar el poder y hasta acrecentarlo, en el caso del PAN, mientras que por Morena se buscará avanzar más allá de las escasas Alcaldías y las pocas diputaciones locales que tiene.
Será un enfrentamiento en el que la narrativa ya lo había dicho, será clave. Una pelea en la que lo que se haga y haya dejado de hacer en el ámbito nacional, impactará el desarrollo y desenlace de las campañas.
En zonas como la frontera, la mayor atención estará puesta en Reynosa, en donde el Gobierno estatal ha destinado grandes cantidades de dinero en obras públicas, proyectos de infraestructura urbana y acciones que han buscado impactar positivamente en la calidad de vida de la gente.
La idea primordial es hacer sentir el interés estatal en el desarrollo de Reynosa y, de paso, dejar constancia de que el grupo político en el poder quiere recuperar para sí, el control de la ciudad.
Ahí, el líder del Congreso, Gerardo Peña Flores parece ir sin problemas por la candidatura a la Alcaldía, teniendo como principales rivales a quien Morena vaya a postular y, por supuesto, al grupo de la Alcaldesa Maki Esther Domínguez, de quien se dice con gran insistencia que preferiría apoyar al Partido del Presidente si a su hijo no le dan esa nominación y alguna otra posición más.
En el sur, donde los Vientos de Cambio tienen retos por superar, Altamira parece cantado para que el PAN refrende su dominio, pues se sabe que el diputado Miguel Gómez trae el consenso de los grupos políticos locales, que se comprometieron a respaldarlo, pues finalmente se trata de parte del mismo proyecto estatal que ha descansado en los operadores regionales la responsabilidad de sacar adelante la elección.
De sobra está decir que esos grupos esperan que haya reciprocidad del casi seguro candidato a la Presidencia Municipal, para garantizar el equilibrio y evitar rupturas.
En Madero, ya se vio que, como haya sido, el Alcalde Adrián Oseguera y el diputado federal Erasmo González Robledo salieron a decir públicamente que van a trabajar en fórmula para atraer más recursos e impulsar proyectos de desarrollo, lo que se entiende como una tregua en sus diferencias, para ir juntos en pos de la reelección de ambos en los comicios de 2021.
En esa ciudad, es innegable que Morena tiene muy buenos números en cuanto a preferencias electorales y eso va a ayudarles, si mantienen el mismo nivel de colaboración.
Mientras, en el lado opuesto, Carlos Fernández Altamirano, director del Instituto del Deporte de Tamaulipas y enlace Covid en el municipio, intensifica sus recorridos, reuniones y trabajo en la conformación de una estructura de amplio espectro, que le garantice alcance y penetración ciudadana, una vez que se defina formalmente si va a tratar de recuperar para el PAN la Presidencia Municipal.
Carlos es visto como un elemento con el respaldo pleno de los más altos niveles de poder político en el estado, lo que aunado a los apoyos que ha estado recibiendo de algunos exAlcaldes y líderes sociales, le hacen ver como el virtual candidato del blanquiazul a la Alcaldía. Como se requiere de una fórmula ganadora, no se descarta que le acompañen Agustín “Guty” de la Huerta y Angélica de la Garza.
Ahí , en la urbe petrolera, se juega mucho del PAN y Morena con miras a 2022, aunque a simple vista no se aprecie. Igual que en Reynosa, Tampico y Nuevo Laredo, el PAN quiere refrendar sus triunfos y Morena buscará hacer lo propio. Quien gane Madero, avanzará firme en la ruta hacia la sucesión estatal.