No es un secreto que el tema de la salud es uno de los que más preocupación genera entre la población, porque las acciones emprendidas por el Gobierno Federal están lejos de responder a las expectativas y necesidades que hay.

Son muchas las voces que señalan los graves errores cometidos por la administración federal para gestionar el manejo de la crisis sanitaria provocada por la pandemia, además de asuntos que tienen que ver con la prevención de enfermedades y la atención de padecimientos tan graves como el cáncer que afecta a los niños.

La cantidad de personas fallecidas a causa de complicaciones en su salud provocadas por el Covid, suman hasta ayer casi 235 mil en México, aunque datos de instituciones que han hecho estimaciones con base en un modelo más preciso, indican que los fallecidos son más de medio millón de mexicanos.

Aunado a esto, la lentitud con la que se ha ido cumpliendo el programa de vacunación es evidente, pues menos de un cuarto de la población mexicana tiene cubierto el esquema completo de inmunización. Los pobres resultados deben atribuirse a la Secretaría de Salud federal, que por cierto ha dado un sesgo político a esa campaña.

Luego, está el caso de los niños con cáncer, cuyos padres han denunciado una y otra vez la falta de medicamentos en unidades médicas del sector público, ante la incapacidad e indolencia de la autollamada 4T para cumplir con esta responsabilidad.

¿Otro problema adicional? Por si fuera poco, en la mayoría de las unidades de Salud hay un grandísimo problema de desabasto de medicinas, tanto para atender casos ordinarios como largos tratamientos especializados que requieren miles de derechohabientes y beneficiarios para cuidarse.

Desde el gobierno se han minimizado las graves consecuencias de la indignante ineptitud de la Secretaría de Salud para manejar el problema de la pandemia y atender la necesidad de garantizar el abasto de medicinas en todas las unidades médicas.

En el Congreso, la mayoría de diputados de Morena, PT, Verde y el PES se ha encargado de obstaculizar las iniciativas y puntos de acuerdo que han pugnado por llamar a cuentas a funcionarios y obligar a la Federación a cumplir con esta responsabilidad de Estado.

El argumento siempre ha sido el mismo: Las quejas y demandas legítimas de padres de familia, personas enfermas, organizaciones de la sociedad civil, especialistas y académicos parecen tener una intención de perjudicar la imagen del presidente López Obrador, según sus defensores.

Esa es la endeble justificación que tienen los legisladores afines a la autollamada 4T, para no reconocer la ineficiencia de la Secretaría de Salud en este asunto tan delicado.

En medio del ruido mediático, la voz de la diputada federal Mariana Rodríguez Mier y Terán es una de las más insistentes, puntuales y certeras en los señalamientos al criminal comportamiento de autoridades federales, que han desatendido la emergencia sanitaria y especialmente, por la falta de medicamentos y para niños con cáncer en el país.

La legisladora priísta ha tenido numerosas intervenciones en tribuna, en donde ha señalado con datos duros la gravedad del problema y la falta de compromiso del Gobierno para hacer frente a esta situación, lo cual ha costado vidas de niños que padecen esa enfermedad.

A tono con la empatía que Rodríguez Mier y Terán ha mostrado con grupos de padres de niños con cáncer, se ha comprometido a apoyarlos en varias actividades, como una manifestación pacífica programada para los próximos días en la que nuevamente se insistirá en la urgencia de que la Secretaría de Salud cumpla con el abasto de medicinas para ese sector de la población.

La diputada Rodríguez ha sido la única de entre todos los legisladores federales de Tamaulipas- incluyendo los de la coalición oficialista-, que ha dado voz a ese grupo vulnerable.

AGUA, PROBLEMA DE SIEMPRE

En marzo de 2017, siendo Adolfo Cabal Ruiz el gerente de Comapa Zona Conurbada, errores de planeación para realizar trabajos de interconexión de una línea distribuidora, dejaron sin agua a más de 50 colonias de Tampico y Madero durante varios días. La situación se hizo crítica y puso en evidencia la incapacidad de los funcionarios de Comapa para solucionar el problema pronto.

En julio de 2021, amplios sectores del norte de Tampico llevan días sin suministro o con tandeo de dos horas diarias. La culpa, según el organismo, es de las variaciones de voltaje y de la CFE.

Ayer o ahora, el problema es el mismo: la ineficiencia de los funcionarios para resolver la situación en forma expedita. Y mientras, la molestia de los ciudadanos se le endosa al gobierno estatal como un costo político extra. O, ¿de quién cree usted que es la culpa?

abarloventotam@gmail.com

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