En 2006, en la zona vimos y vivimos episodios de violencia el día de las elecciones que tuvieron un impacto en los resultados finales.
Hoy, 15 años después las cosas son diferentes y la seguridad está a cargo de fuerzas militares y de la propia Guardia Nacional en coordinación con las Policía Estatal.
Los ciudadanos deben tener confianza en salir a votar en paz y con tranquilidad, porque las autoridades se han sobrepuesto a sus diferencias y han establecido un operativo de vigilancia adecuado, para que las elecciones transcurran sin sobresaltos.
¿INHIBIDORA DE OPOSITORES?
En diferentes momentos y circunstancias entre enero y marzo de este año, 3 personajes ligados a la 4T me dijeron con mucha convicción que si la popularidad presidencial no les alcanzaba, siempre tenían como apoyo a la Guardia Nacional.
“Vamos a ganar porque Andrés Manuel es muy popular. Si eso no nos alcanza, para eso tenemos a la Guardia Nacional, para reventar sus operativos de movilización el día de las elecciones o asustarlos”, me dijo, uno muy orondo, sonriendo. Los otros 2 hicieron señalamientos similares.
Quienes me expresaron esto, lo hicieron con un convencido todo de seguridad, de saber que presumiblemente iban (¿o van?) A contar con el apoyo de la GN como brazo operador en la inhibición de los opositores.
Ignoro si el Presidente o la secretaria de Seguridad, de quien depende la Guardia Nacional, estén al tanto de eso y sobre todo, si es que efectivamente existe un plan bien armado desde hace meses para que la Guardia Nacional (sean elementos uniformados o vestidos de civil), vayan a ayudar a Morena en la vigilancia y hasta a “reventar” las acciones que La oposición haga para llevar a sus simpatizantes a votar.
Quiero creer que se trató más de una balandronada movida por la arrogancia que da el estar cerca del poder.
No me imagino a la Guardia Nacional esa noble institución creada para salvaguardar la seguridad interior, haciendo labores de intimidación a los opositores al régimen. No hemos llegado a lo que pasa en Venezuela y Colombia, en cuanto al trato oficialista a los adversarios del gobierno.
Es preocupante la ligereza y la manera en que los tres individuos, cada uno en distinto momento, circunstancias y lugares, dijeron sobre la Guardia Nacional.
Es como si patrullando uniformados o de civil, sus elementos fueran a jugar un papel de aliados de un partido. Me parece absurdo, por inmoral y porque no es algo que el Presidente aprobarla. No es igual a los de la mafia del poder que ya se fueron. Y la GN está integrada en su mayoría por militares quienes tienen un alto sentido del honor.
Ver la presencia de la GN en la vía pública y que los ciudadanos se sientan seguros, es lo mejor que puede pasar.
Estar al pendiente de las situaciones y que se anticipes a posibles a eventos inesperados en los que se desborde la violencia, es lo menos que de puede esperar de esa institución.
Pero, si en vez de eso vemos que desde hoy se suscitan situaciones de riesgo y rumores que generen temor entre la población para que no salga a votar, será motivo de sospecha, porque si algo tiene cualquier gobierno es la suficiente inteligencia para prevenir probables eventos de ese tipo.
LAS NUEVAS CARAS DE LA POLÍTICA
Ciro Hernández Arteaga y Carlos Fernández Altamirano son dos de los políticos que en los últimos meses han intensificado su presencia pública.
Sus campañas son un ejemplo de cómo se debe manejar la interacción con los ciudadanos, así como del aprovechamiento de las nuevas tecnologías para hacer llegar sus propuestas a cada rincón de la comunidad que esperan gobernar o dirigir.
Ciro logró un respaldo abrumador en esta campaña por la Alcaldía de Altamira, mientras que Carlos Fernández se reveló como una nueva figura que trae propuestas estructuradas y una visión de futuro muy clara.
En las semanas que tuvieron actividades proselitistas hicieron su mejor esfuerzo y junto con los demás aspirantes de todos los partidos, hicieron campañas de respeto en términos generales.
