La ruptura y enfrentamiento abierto que el miércoles se dio por fin públicamente entre el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y el Presidente López, es un camino que ya se había andado mucho y en el que ya no hay vuelta atrás.
En agosto y octubre se dieron varios escarceos entre ambos, a partir de filtraciones de, entonces, supuestas investigaciones que llevaban a cabo instituciones como la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Fiscalía General de la República (FGR).
La dosificación gradual, precisa y constante de información sobre las referidas indagatorias se vino haciendo a través de diversos medios, primordialmente los que son afines a la autollamada 4T. Y tuvieron eco entre quienes no ven bien a Cabeza de Vaca, que no son pocos. Finalmente, nadie es monedita de oro.
Las encuestas que en los últimos 6 meses han elaborado diversas empresas y los gobiernos estatal y federal, dan cuenta del crecimiento que ha tenido la popularidad del Presidente en Tamaulipas, lo cual, como lo comenté hace un mes, no significa necesariamente que eso se vaya a traducir en votos para los candidatos de su partido o de sus aliados. Eso dibujó un escenario en el que, comparando aprobación al trabajo de los gobernantes, la evaluación de los resultados y sumando la fuerza de las figuras que Morena y el PAN iban a postular, pintaba las cosas mal para el régimen.
A pesar de que la autollamada 4T va a jugar en el proceso electoral con 7 de los 10 partidos que tienen registro y van a contender, los números no les cuadraban y por eso, a pesar del riesgo de que la decisión se viera como una acción política, se accedió a darle curso a la acusación. Eso explica por qué el martes en la noche, la Fiscalía General de la República solicitó a la Cámara de Diputados el inicio del procedimiento para poder desaforar al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca. Ayer por la mañana, la petición fue ratificada y en unos días veremos el inicio del procedimiento.
Tomando en cuenta la cultura política que prevalece en México y que Morena tiene mayoría en la Cámara de Diputados, se da como un hecho que el proceso va a ser aprobado y es posible que García Cabeza de Vaca pierda el fuero para quedar en condiciones de enfrentar como cualquier otro ciudadano las acusaciones que le hace el gobierno del Presidente López. Como en Morena, el PES y PT hay muchos expriístas que durante décadas se acostumbraron a ese estilo de ejercer la justicia, especialmente en contra de los adversarios, es previsible que se tenga ese escenario en unas semanas.
Decía que el enfrentamiento no tiene vuelta atrás y creo que por el contrario, la ruta va a acelerar su velocidad. El choque era inminente y cuestión de tiempo. Por eso, desde antes, el mandatario tamaulipeco se venía preparando para tomar una posición de liderazgo dentro del PAN y del grupo de gobernadores que integran la Alianza Federalista y seguramente esperaba un golpe como este, pero no en estos tiempos previos al inicio de las campañas.
Como lo dije hace días: No se trata aquí de defender a García, quien ya salió a dar la cara, con firmeza, como es su estilo. Algo debe tener en mano para no huir la confrontación y además, reiterar que no se va a doblegar.
En términos generales, a García le ha ido bien en estos 4 días, pues salvo los medios que tienen afinidad con el régimen, los demás han dado una cobertura equilibrada. Se nota la operación de relaciones públicas en el manejo de la imagen por parte del nuevo vocero adjunto, Maximiliano Cortázar.
Si el Gobernador logra instalar la narrativa en la sociedad de que se trata de una embestida política y trabaja su defensa en dos líneas, la jurídica y la política, podrá salir menos perjudicado que si solamente se enfoca en lo legal.
Me explico: Si puede vender la idea de que es víctima de una persecución política y de que solamente así, el Presidente, su partido Morena y sus aliados pueden esperar ganar la mayoría de las diputaciones federales y locales en junio, puede ganar esa parte. Y el efecto en las elecciones no sería tan malo para los candidatos panistas. Le tocaría entonces defenderse con todo lo que tenga en lo jurídico.
Pero habida cuenta de que el Presidente tiene el control de la Cámara de Diputados y de que la Fiscalía (en teoría, autónoma) están de su lado, no debería pensar tanto en que le va a ser fácil librar las acusaciones. La pelea va a ser muy dura.
El problema es que si se había enfrentado a la 4T, ahora hay un rompimiento. Y que, a diferencia de Lozoya (confeso en la comisión de delitos); el exsecretario de Defensa Salvador Cienfuegos, el senador y candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, el mandatario tamaulipeco no parece compartir el mismo estilo y eso va a hacer más tirantes las cosas.
Muchos preguntan si es cierto que se trata de una persecución eminentemente política o si es un acto jurídico que busca combatir la corrupción. A mí me parece que hay un poco de ambas cosas, pero aunque legalmente hubiera evidencias de la presunta comisión de alguno de los delitos que se le imputan a García, el hecho mismo de haber actuado el gobierno federal con golpes mediáticos, le genera sospechas a la acusación y del asunto emana un olor a podredumbre.
El afán mismo de querer descarrilar políticamente a quien puede ganarle al Presidente y su partido, todas las posiciones en disputa en las elecciones de junio.
En un enfrentamiento como el que estamos viendo, por lo general quien tiene todo el poder del Estado para aplastar al rival tiene más posibilidades de ganar. Pero esto es más que un juego de fuerzas, es de estrategia y de habilidad. De carácter y de perseverancia. Para quien quiera saber más, puede remitirse al lema que durante toda su campaña repitió Cabeza de Vaca. Ahí está la clave.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí