Aunque no es algo nuevo que Tamaulipas es considerado el estado energético por excelencia en el país y tampoco es la primera vez que la entidad se coloca en la atención nacional e internacional por las oportunidades de negocios que ofrece en su vasta diversificación de vocaciones productivas, el hecho de que Altamira amplíe su consolidación como polo de inversiones privadas en ese sector, revitaliza la posición del estado.
El desarrollo portuario y de la industria petroquímica del sur de Tamaulipas tiene en Altamira a su principal exponente. La disponibilidad de terrenos en ese municipio conurbado de Tampico fue la ventaja que le hizo convertirse en sede de un bien planificado puerto industrial a finales de los años 80. Hoy, el desarrollo alcanzado es impresionante, sobre todo en los últimos 25 años, pero aún así el potencial sigue siendo enorme.
En la década anterior, el sector energético comenzó a tener mayor auge a raíz de la reforma constitucional aprobada en el gobierno de Peña Nieto. A pesar de sus fallas y omisiones, fue el detonador para que Tamaulipas se convirtiera en el estado más beneficiado con inversiones privadas asignadas a ese rubro.
En ese contexto, Altamira con su complejo industrial, parques y puerto, capitalizó bastante bien la llegada de empresas nacionales y extranjeras que apostaron por un mayor crecimiento del sector energético. Los resultados de los primeros pasos están a la vista y estamos en camino de afianzar esa posición como región geográfica.
Lo que se vive en Altamira es la consecuencia de haber mantenido en el ámbito federal un seguimiento constante en decisiones de largo plazo, que solamente fueron afectadas poco por los cambios de administración y la alternancia.
Por eso cobra relevancia el hecho de que en el escenario actual, con fuertes inversiones privadas en proyectos productivos en los ramos logístico, de transporte, marítimo, de servicios y energético, Altamira sea el centro de atención internacional por la operación de una planta de licuefacción de gas en aguas ubicadas frente a las costas del sur de Tamaulipas.
Ayer, el presidente López Obrador confirmó que invitó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden a visitar Altamira, en donde una empresa privada se asoció con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para operar esas instalaciones flotantes que están proyectadas para ser el principal punto de exportación de gas natural a Europa.
Como decía, lo que vemos en Altamira es un logro del trabajo y la continuidad que antes tuvo la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, las autoridades de los tres niveles de gobierno y los empresarios que han confiado en esta región.
La planta de licuefacción a la que López Obrador invitó a Biden para visitar se construye de manera conjunta entre New Fortress Energy y la CFE en Altamira y se considera que será la más importante para exportar gas a Europa, Asia y al resto del mundo en donde haya demanda de ese producto.
Como es de esperarse, para el gobierno de Américo Villarreal Anaya da seguimiento a todo lo relacionado con este proyecto, en el entendido de que representará importantes beneficios para la entidad, como la creación de cientos de empleos bien remunerados en la zona y en otras partes del país en forma directa e indirecta, siendo otro motivo de impulso al desarrollo de la zona conurbada del sur.
El proyecto lleva un buen avance, pues en agosto se instaló la primera de varias plataformas marinas que funcionarán coordinadamente al concluir los trabajos. Para el próximo mes se estima que se podrá comenzar a proveer a embarcaciones especiales con el gas natural para su exportación.
En todo el proyecto se invertirán cerca de 6 mil millones de dólares: Más de mil en la instalación de la primera plataforma y una suma superior a los 4 mil millones cuando estén listas las otras dos, en el primer semestre del próximo año. Durante los 15 años que dure el contrato entre la empresa privada y la CFE, a México le ingresarán 6 mil millones de dólares por la comercialización del gas y las operaciones del complejo.
LA REUNIÓN DE AMÉRICO CON ANDRÉS MANUEL
En el mismo tenor del anuncio hecho por el Presidente en su conferencia matutina, el mandatario se dio espacio para reunirse con el gobernador Américo Villarreal Anaya, con quien habló de asuntos como el reparto de libros de texto gratuitos a planteles públicos, así como la atención a familias de personas desaparecidas en la entidad.
Otro de los asuntos que Américo trató con Andrés Manuel es el de la problemática que representa la migración a diversos estados fronterizos, pero que a Tamaulipas no afecta como en los demás. Aunque el tema es complejo por todas sus implicaciones, la conclusión es que en la entidad el problema no es de la misma magnitud que en el resto de la zona norte.
ESCOTILLA
De lo que ha trascendido en los días recientes en cuanto a movimientos de actores políticos, hay indicios que apuntan a la eventual unión de varios grupos políticos fuertes en Altamira, en donde el objetivo no sería impedir que Morena repita en la Alcaldía y diputaciones, pero sí lograr que haya un relevo en los nombres de los aspirantes. La pelea se trasladará a lo electoral, en donde las cosas no se han definido y la elección de hace dos años solo se decidió por menos de 3 mil votos.
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