Por muchos aspectos, pero particularmente el ambiente laboral y las facilidades para invertir, Tamaulipas es un lugar con certidumbre para quienes quieren aprovechar las oportunidades de hacer negocios.
El estado es una potencia energética y es el principal receptor de inversiones privadas en ese rubro, pero su vocación económica es tan diversificada que se percibe en el crecimiento que tiene la inversión privada en renglones como la industria química y petroquímica, la metalmecánica, la pesquera, la manufacturera y de la construcción, por mencionar algunos ramos.
Desde la campaña, Américo Villarreal planteó su idea de aprovechar las ventajas logísticas y de infraestructura que tiene Tamaulipas, además de su ubicación geográfica y las fortalezas históricas como un estado con mano de obra de alta calidad, para hacer de todo esto un motor que impulsara un mayor crecimiento económico, más equilibrado y con visión de largo plazo.
Esto explica por qué, otra vez en poco tiempo, el Presidente López Obrador se haya referido a Tamaulipas y a Américo como ejemplos de lo que se está haciendo bien para beneficio de la población, independientemente de los colores y de las filiaciones.
Precisamente en el sector energético, como recordó Andrés Manuel, el estado ha sido elegido por importantes empresas nacionales y extranjeras para invertir porque saben de la certidumbre que tienen en que los proyectos productivos van a fructificar.
Un ejemplo de esto es que la compañía estadounidense Woodside realizará trabajos de perforación para extraer petróleo en las costas cercanas a Matamoros y planea obtener unos 120mil barriles diarios de crudo hacia 2027.
Luego está Fortress, que tiene casi lista la primera plataforma para la licuefacción de gas natural que será exportado a Europa, en lo que constituye el proyecto energético más ambicioso para la zona sur del estado del último lustro.
Como estos dos casos, el Presidente resaltó la importancia de que Tamaulipas sea un estado confiable, con un gobierno que garantiza la seguridad de las inversiones privadas para el desarrollo.
JUVENAL DICE QUE SÍ
Quien conoce la historia y el contexto político de la zona sur del estado, entiende que cada uno de los municipios conurbados con Tampico tiene dinámicas, estilos de comportarse, costumbres y grupos diversos.
Eso es lo que estamos viendo en el caso de Altamira, el municipio más grande de los tres de la conurbación sureña, en donde además el crecimiento demográfico plantea el reto de presentarle a la población una oferta política que sea a la vez interesante y viable, en términos de posibilidades de triunfo.
En ese municipio, el exalcalde Juvenal Hernández Llanos decidió hace tiempo que dadas las condiciones que prevalecen en Altamira, el escenario es propicio para que el reacomodo de grupos y corrientes permitan una alternancia en el poder local.
Juvenal fue Presidente Municipal hace unos 18 años, pero ha estado activo en la política, aunque con discreción. Fue determinante en los dos triunfos que obtuvo su esposa Alma Laura Amparán -quien gobernó Altamira de 2016 a 2021- y ha participado en proyectos que abarcan un amplio espectro de colores y filiaciones.
Recientemente, amigos y simpatizantes de Hernández Llanos comenzaron a reunirse en diversos sitios, además de pedirle que organizara reuniones en su casa, para retomar lo que parecía pausado. Los resultados de esos encuentros ya los estamos viendo con una mayor actividad tanto de Juvenal como de Alma Laura, quienes están analizando las condiciones que prevalecen en Altamira.
Sabiendo mejor que nadie que en ese municipio la dinámica de la distribución del poder político se da en función de los acuerdos que logren los distintos grupos que existen desde hace décadas, Juvenal decidió que empezará a sondear entre colonos, habitantes del campo y representantes de sectores productivos las posibilidades de ir al proceso electoral de 2024.
El exalcalde ha mantenido unido al grupo que integró después de despuntar en el servicio público y conserva las relaciones cordiales y de intercambio con beneficio mutuo con otros que lideran los expresidentes municipales Genaro de la Portilla, Javier Gil, Pedro Carrillo, Romana Flores y Armando López.
Sin estar confrontado con otros personajes que también aparecen en la escena política como los exdiputados Ciro Hernández, Carlos González Toral, Miguel Gómez y Griselda Carrillo, Juvenal analiza, sopesa y piensa que hay amplias posibilidades de obtener la candidatura opositora a la Alcaldía de Altamira.
La lectura que tienen los integrantes del grupo de Hernández Llanos es clara: Al menos el 60% de la población que ha sido consultada cree que es ideal que a la Alcaldía llegue alguien con experiencia, pero también buscan que exista un contraste en el estilo de ejercer el gobierno.
Si a eso se añade que Altamira es un municipio en el que se entiende que el gobierno debe abrirse a la participación de todos los grupos y corrientes que influyen desde hace décadas en la marcha del municipio, el resultado es la decisión de Juvenal para ir a buscar la candidatura opositora.
¿Puede ganar? Es posible, si se conjugan varios factores. Todo gobierno se expone a un desgaste propio del ejercicio mismo, por las omisiones y por el impacto que otros actores políticos tengan indirectamente en su desempeño. El caso del vecino municipio conurbado es un ejemplo.
¿Puede Juvenal lograr otra alternancia en su municipio, pese a que Morena es gobierno en la localidad, en el estado y en el país? El diagnóstico que tienen es bastante optimista y pasa por el reconocimiento de que si bien la estructura oficial va a operar en favor de quien sea el candidato de Morena -aún ahí tienen dudas sobre quién puede ser-, la suma de las fortalezas territoriales que tienen todos los grupos que han sido desplazados es suficiente para forzar un nuevo cambio.
Como están las cosas y como se han dado en Altamira durante décadas, no puede descartarse un escenario de nueva alternancia. Por lo pronto, Juvenal Hernández ya ha admitido en corto que sí va a buscar esa posibilidad, como individuo, como grupo y como familia con Alma Laura Amparán.
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