Con más de 75 mil personas fallecidas, según el registro oficial dado a conocer ayer por la Secretaría de Salud federal, la auto llamada Cuarta Transformación no tiene mucho que envidiarle a los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.


Claro, son cifras y motivos diferentes, pero aún en los relacionados con las muertes por violencia, la 4T superó en sus primeros 18 meses, el número de muertos reportados en los gobiernos de sus antecesores.


La pandemia de Covid-19 ha dejado más de 75 mil fallecidos y casi tres cuartos de millón de personas contagiadas. La ocupación hospitalaria en promedio rondaba ayer el 28%, lo que no significa que eso no sea un problema preocupante para autoridades estatales que se hacen cargo de la operación de los sanatorios, sin contar con recursos adicionales.


Hasta ayer, de acuerdo con la propia Secretaría de Salud federal, México tenía una tasa de letalidad del 10.5%, que es 3 veces mayor al promedio internacional, de 3.0%.


Los oficiosos podrían argumentar que no puede compararse la cifra de muertos de los últimos 2 gobiernos neoliberales con los de la 4T, porque en aquellos la violencia era incontrolable. Y tendrían razón.


Lo preocupante hasta la indignación es que en el afán por querer justificar la altísima cantidad de muertos por Covid-19, los defensores del gobierno quieran soslayar el hecho de que la SS federal ha tenido un mal manejo de la política de prevención, atención y seguimiento al grave problema de salud pública que representa el Covid.


O la falta de apoyo a los estados, para que puedan enfrentar la situación en mejores condiciones de brindar a los ciudadanos la oportunidad de superar las complicaciones provocadas por el virus.


Ya no digamos las dificultades económicas provocadas por la semi paralización de actividades productivas, así como la ausencia de programas de apoyo para que las pymes sigan operando y se conserven miles de empleos, porque el tema sería inagotable.
Por eso es que en lo local, las acciones que dentro de su ámbito de acción emprendió hace tiempo el gobierno estatal, tienen que ver mucho con la atención oportuna y el seguimiento de programas conjuntos con los municipios.


En la zona, funcionarios como Rómulo Garza, secretario de Bienestar Social y Carlos Fernández Altamirano, titular del Instituto del Deporte Tamaulipas fungen como Enlaces Covid de la administración estatal.


Garza ha estado permanentemente en contacto con Alma Laura Amparán, Alcaldesa de Altamira, mientras que Carlos ha hecho lo propio en Ciudad Madero, con apoyo de la estructura que tiene el INDE.


Fernández está supervisando personalmente las actividades de desinfección en espacios educativos, que seguirán en las oficinas públicas estatales ubicadas en Madero.


La encomienda es no sólo estar al pendiente, sino asegurarse de que las cosas se hagan y bien.

PARA CERRAR
Andrés Portillo Villegas falleció la mañana del miércoles. Tenía más de media vida luchando a favor de los trabajadores sindicalizados del Ayuntamiento de Madero. A su esposa, a su hijo Azael Portillo y sus seres queridos, un fraternal y solidario abrazo en estos momentos de dolor.

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