No es descabellado tener la certeza de que el PRI está más cerca de una alianza con Morena que con el PAN en Tamaulipas.

La renovación de la gubernatura el próximo año nos plantea ahora más que nunca la enorme posibilidad de que gane el partido del Presidente, de acuerdo con las estimaciones que se derivan de las encuestas elaboradas hasta ahora.

Lo han mostrado Consulta Mitofsky y TResearch: La percepción ciudadana de un eventual triunfo de Morena es alta, aunque eso se refiere a mediciones hechas un año antes de los comicios.

Esa condición y el hecho de que el PRI ha perdido en los últimos 5 años más de la mitad de los votos, refuerzan la idea que ya tiene tiempo siendo discutida entre grupos de priístas en el estado: hacer una alianza informal con Morena.

Para que el tricolor conjure el riesgo de perder el registro en Tamaulipas debe hacer algo pronto. En lo que va del sexenio panista en el estado, muchos de sus operadores y cuadros fueron absorbidos por el grupo en el poder, con el que se hizo una alianza de facto que sin embargo, no funcionó en las elecciones de junio.

Por eso es que entre numerosos priístas no sorprende la propuesta de acompañar a Morena en elección por la gubernatura. Expresiones del todavía dirigente estatal Edgardo Melhem Salinas que denotan un inicial rechazo a la posible alianza del PRI con el PAN y lo que queda del PRD confirman que hay grupos de interés en el tricolor que quieren asegurar su sobrevivencia política más allá de 2022.

La idea ya fue deslizada entre personajes y facciones del tricolor como la única alternativa posible para garantizar la viabilidad del partido en el mediano plazo, aunque con ciertos matices: Es altamente improbable que haya una coalición formal, con registro y todo dada la enorme cauda de negativos que tiene el PRI entre la sociedad civil. Lo que se analiza es que el tricolor trabaje para ayudar a Morena a ganarle al PAN y darle la puntilla.

También porque el tricolor encarna los conceptos de corrupción, impunidad, abusos y excesos que la narrativa oficial ha ido construyendo con los años, aunque esos calificativos no sean exclusivos del PRI.

Además, en la recta final del sexenio panista, perciben debilidad del gobernador y del PAN, debido al desgaste al que ha sido sometido desde el poder.

La alianza PRI-Morena sería de facto, con acuerdos no firmados y en el entendido de que la estructura que le quede al tricolor y los operadores que fueron desplazados por los Vientos de Cambio también se inclinan a sumarse a ese proyecto y pueden fortalecer la ventaja que hasta ahora tienen.

Finalmente, en Morena ya hay muchos priístas que han sido candidatos y candidatas, constituyendo una avanzada a lo que podríamos ver en 2022: el regreso al poder después de un sexenio de alternancia.

EL GOBERNADOR EN TAMPICO

Parece que al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca le gusta mucho venir a Tampico.

Lleva dos días en eventos con empresarios y visitando obras en donde se invierten recursos para mejorar la infraestructura hidráulica.

Ayer fue al sitio donde se realizan trabajos de rehabilitación del dique “El Camalote”, con los se busca resolver parcialmente el problema de la fuga de agua dulce al mar, a través del río Pánuco.

La obra ayudará a garantizar el abasto de agua a miles de usuarios de Tampico y Madero, algo que es impostergable.

Sería bueno que también, para cerrar el círculo, la Comisión Estatal de Agua de Tamaulipas (CEAT) que encabeza Luis Pinto y el propio gobernador pusieran orden y se lograra que el servicio de agua potable sea eficiente y de calidad, algo que por ahora está lejos de ser realidad.

Por cierto, el mandatario y su familia fueron ayer a comer al moderno Mercado Municipal en compañía del Alcalde Chucho Nader y de su esposa Aída Feres.

abarloventotam@gmail.com

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