¿Quién podrá salvar al PRI de la desaparición como fuerza política? En los hechos eso es prácticamente algo real, pero para muchos militantes, viejos convencidos de que su partido sigue siendo un ente importante en la vida política del estado y del país, será difícil que lo entiendan.

Fracturado, enfrentado, debilitado financiera, política y socialmente; con la credibilidad por los suelos, con un número de diputados locales que lo ponen en el nivel del Verde, PT, PRD y los que están en proceso de desaparición como RSP, Fuerza por México y PES, el PRI de Tamaulipas languidece y solo parce tener como opción su incorporación en calidad de apéndice de Morena.

Las autoridades electorales de Tamaulipas definieron ya la asignación de regidurías de representación proporcional en varios municipios de la entidad, como lo había hecho previamente con las diputaciones plurinominales en el Congreso local y lo que vimos no le va a gustar a los priístas.

En el Legislativo, como ya se sabe, el PRI se quedó por primera vez en su historia en el mismo nivel que el PT, Verde, PRD y el resto de la chiquillada partidista: sin una fracción parlamentaria que sea representativa de lo que alguna vez fue el tricolor.

Con solamente dos diputados locales -el dirigente estatal Edgardo Melhem Salinas y Alejandra Cárdenas Castillejos-, el PRI tamaulipeco llega empequeñecido, pulverizado y dividido a la nueva Legislatura estatal que inicia sus labores en poco tiempo. La asignación de posiciones dejó fuera de reparto al exdiputado federal Alejandro Guevara Cobos, quien iba en el tercer sitio de la lista de plurinominales del tricolor. Con eso, también quedan fuera muchos que querían que el PRI tuviera un papel de mayor protagonismo, de lucha ante el avance de la autollamada 4T que parece incontenible.

Como se sabe, Melhem se preocupó desde que comenzó su gestión al frente de la dirigencia estatal por asegurar el primer lugar en la lista de candidatos a diputados plurinominales, así como en su momento lo hicieron Rafael González Benavides y Yahleel Abdalá Carmona, a pesar de que ambos tuvieron desastrosos resultados electorales en sus períodos.

La falta de interés por aglutinar a todos los liderazgos que le quedaban al partido en Tamaulipas, su fijación por llegar al Congreso sin hacer campaña y el golpe demoledor que significó para el tricolor la derrota por la gubernatura en 2016, no le ayudaron a Melhem a hacer algo más rescatable por el tricolor. Tampoco es que se le hayan visto muchas ganas, por cierto.

El caso es que el reparto de plurinominales dejó al PRI sin un grupo parlamentario y tendrá solamente 2 diputados, uno menos que en la Legislatura que termina. Ni con la derrota de 2016 le había ido tan mal al partido. Este es un resultado mediocre que se debe atribuir directamente a Melhem y su estrategia -si así se le puede llamar-, de conducir los destinos del partido.

Como se han estado viendo las cosas, por su negativa reiterada a aprobar una alianza del PRI con el PAN para el proceso electoral de 2022, no debería sorprender que Melhem juegue en el Congreso un papel como apoyador y aliado de facto de Morena, que por cierto tendrá la mayoría.

A juzgar por lo que parece un enfrentamiento con los Vientos de Cambio, a Melhem no le quedaría mucho margen de maniobra y eventualmente podría preferir estar del lado de los guindas. Total, ya muchos de los que están ahí son conocidos y tienen en común su pasado priísta.

LOS REGIDORES PORTEÑOS

El fin de semana también se confirmó que el próximo Cabildo de Tampico tendrá como regidores de representación proporcional a un viejo priísta -Roberto González Barba- y de Morena al exdiputado local del PRD, Cuitláhuac Ortega Maldonado; la exregidora Mónica Villareal Anaya y al abogado Juan Pizaña. Por RSP llega una persona cercanísima a su candidato a la Alcaldía: su esposa y de los demás partidos, nadie.

En este contexto, se anticipa que sea un Cabildo en el que la experiencia de Cuitláhuac y Mónica Villarreal contribuya al debate y al cuestionamiento, sin que necesariamente signifique la confrontación estéril. Sus perfiles de exservidores públicos con ánimo de construcción de consensos así lo indican.

Por otro lado, es lamentable que debido a que fueron ubicados en posiciones de la planilla alejadas de los primeros sitios, personas como Miguel Ángel Sotelo y Guillermo Nolasco Aoyama hayan quedado fuera de la asignación de regidurías, por la derrota que tuvo Morena en las elecciones.

Sotelo es quizá uno de los pocos, muy pocos militantes de auténtica izquierda que tienen la particularidad de combinar la capacidad de reflexión y conciliación. Columnista agudo, mesurado en la discusión y sensato, infortunadamente pierde esta oportunidad, pero seguramente pronto le surgirá otra.

En cuanto a Guillermo Nolasco Aoyama, también es parte importante en el engranaje de Morena en Tamaulipas, desde el área de divulgación de iniciativas, acciones y posturas. Memo es una persona comprometida con la izquierda, con el proyecto de López Obrador y con causas sociales. También sería deseable que tuviera mayor protagonismo, como muestra de reconocimiento a quienes han trabajado por el proyecto del Presidente desde siempre.

El problema no fue la esperada derrota del partido en los comicios de junio, sino que quien integró la planilla hizo todo lo necesario por desplazarlos y dejarlos en lugares en donde en caso de que sucediera lo que ya vimos, estuvieran impedidos de llegar al Cabildo. La mezquindad, en dos palabras.

abarloventotam@gmail.com

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