Apenas comenzó la aplicación de vacunas contra el Covid a personal médico de Tamaulipas, el tema se colocó de inmediato en el centro de la atención pública.
Al margen de asuntos que a nivel nacional sirven de distractor de los grandes problemas que enfrenta el país, el asunto de las vacunas es importante porque involucra inevitablemente un interés que va a tomar un sesgo político.
Miren ustedes, a la serie de ocurrencias que diariamente se difunden para desviar la atención de la gente de lo que realmente debe ocupar a las autoridades, se suman las acciones que desde el poder central se promueven para tratar de acotar y en su caso, desaparecer a organismos autónomos que son garantes de la transparencia o de la aplicación de reglas democráticas, con el avieso interés de quedarse sin un contrapeso institucional que pueda frenar las ansias de control totalitario, que prohija el poder absoluto.
Aquí es donde digo que sí, que son las vacunas el siguiente tema de confrontación entre el oficialismo y la oposición, algo en lo que a final de cuentas se afecta a la población.
Por el lado de representantes de partidos políticos contrarios al del Presidente; por parte de gobernadores, diputados, líderes sociales y de sectores productivos así como de la sociedad civil que no coinciden con el estilo de gobernar, se ha insistido en la preocupación por el uso electoral que el gobierno puede – y seguramente va a dar-, a la campaña de vacunación contra el Covid, tratando de capitalizar la reacción de los ciudadanos a manera de gratitud con el Presidente, que puede traducirse en votos para los candidatos de Morena en las elecciones de junio próximo.
Reconozco que no tengo evidencia que me permita sustentar los dichos de ese grupo amplio de la sociedad civil, pero en realidad eso no se necesita para recordar que es algo que siempre han hechos otros gobiernos anteriores y que, por más que se diga que los actuales gobernantes son diferentes, no hay razón para dudar de la acusación. Finalmente, en la 4T son más los que llegaron ahí cuando se les acabaron los beneficios en el PRI y el PAN, que los auténticos izquierdistas, progresistas, románticos de la ideología.
Un primer embarque de vacunas llegó a Tamaulipas en un vuelo que aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Tampico y posteriormente se distribuyeron a varios de los principales hospitales públicos de la entidad, con la idea de aplicar las dosis al personal médico que participa en la primera línea de combate contra el Covid.
Hasta ahí todo parece ir bien, pero cuando comienzan a escucharse voces afines a la 4T que propalan su entusiasmo porque consideran que la campaña de vacunación va a redituarle beneficios políticos a Morena en las elecciones de junio, entiende uno que se requiere de una gran dosis de cinismo y mezquindad, para querer manejar las cosas con esos criterios.
Lamentablemente, los ciudadanos están en medio del enfrentamiento entre los partidarios de la autollamada 4T y la oposición -que no es pequeña ni focalizada-, porque es inevitable que va politizarse la campaña de vacunación contra el Covid.
Por un lado, con la legítima queja por parte de la oposición sobre el posible uso electorero del antígeno, mientras que del lado del oficialismo, la difusión hasta el hartazgo de los beneficios de la campaña.
Olvidan unos y otros que para que sus argumentos tengan éxito entre segmentos de la población importantes, deben presentar hechos bien sustentados.
Dejan de lado que con una sencilla campaña informativa, responsable, creativa, a los ciudadanos se les puede dejar en claro que las dosis que llegaron a Tamaulipas y que se están aplicando a una parte del personal médico no van a alcanzar para todos y mucho menos, van a impedir que el número de contagio siga creciendo irrefrenablemente durante los próximos meses, hasta en tanto le toca a cada uno el turno de aplicarse la vacuna.
Es la narrativa, lo he repetido. Quien se haga de la adecuada estrategia y las acciones discursivas en este tema, puede lograr que el intento de uso político de las vacunas quede en eso, en mera intención.
Si alguno de los dos bandos se impone en la colocación del mensaje en torno al asunto, lo demás será menos complicado.
Usar las vacunas anti Covid con fines electorales es mezquino, ruin, inmoral. Acusar sin argumentar sólidamente, también lo es.
La diferencia estará en quién vende y le da solidez a sus dichos. Quien lo haga mejor, habrá ganado esa batalla en la lucha brutal por los votos y el poder.

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