En varios círculos políticos capitalinos se da como un hecho que este domingo caerá otro de los muros que el cabecismo construyó en los últimos meses de su gestión, para tratar de protegerse cuando se fueran del gobierno en octubre pasado: El PAN está por perder la Junta de Coordinación Política, el órgano que maneja el Poder Legislativo.

Aunque la pretensión de Francisco, el ahora ex gobernador, era la de prolongar su control sobre ciertas instituciones con el objetivo de obstaculizar la marcha de la Cuatroté, perdió de vista que una vez que dejara el poder y fueran cayendo sus fichas en el tablero político, las cosas iban a cambiar rápidamente.

Este fin de semana será crucial para ir amarando todos los acuerdos que se necesitan para que en el Congreso local transiten de una intermitente mayoría morenista a un empate panista-priísta y de ahí, que vuelva el control a Morena, en concordancia con la línea que se ha visto en los primeros meses del gobierno de Américo Villarreal.

Lo he mencionado: En los primeros tres meses, el gobierno de Villarreal debe empezar a dar resultados para que la gente perciba que su voto fue acertado y que las cosas se están haciendo de manera diferente y correcta, especialmente en temas como la impartición de justicia, el combate a la corrupción y la impunidad, así como en la atención de necesidades sociales de los grupos menos favorecidos.

Pero otra de las cosas que también quiere la gente es que se note la capacidad política del nuevo gobierno para hacer acuerdos con diversas fuerzas, para sacar adelante compromisos y planes de apoyo a los tamaulipecos, independientemente de filiaciones. Eso es lo que veremos a partir de este domingo, cuando se inicie el primer período ordinario de sesiones en la Legislatura local.

En las semanas posteriores a la asunción de Américo al gobierno estatal se empezaron a mover los engranajes políticos en la Cuatroté para consolidar el liderazgo de Villarreal y eso tenía que asas forzosamente por la recuperación de espacios y control de instituciones que estaban en manos de lo residuos cabecistas.

En la picota están el Fiscal Anticorrupción, varios jueces y hasta al menos dos magistrados del Supremo Tribunal, además de la Fiscalía General. En otros organismos como las Comapas, especialmente la del sur, se cesó de manera fulminante al gerente heredado del cabecismo, Gabriel Guerra y hay una auditoría que pronto podría arrojar resultados que terminen en denuncias penales.

Pero también, los operadores políticos de la Cuatroté se enfocaron en la recuperación del control en el Congreso, en donde los dos coordinadores que ha tenido Morena han servido para dos cosas. Por eso, la intención de hacer lo necesario para establecer acuerdos, lograr consensos y transitar hacia una nueva etapa en la conformación del Legislativo y en su relación con el gobierno.

Por eso, se da como un hecho que en la sesión de apertura de trabajos legislativos programada para este domingo, al menos cuatro diputadas panistas decidan tomar otro rumbo, pero sin renunciar a su militancia partidista, pues simplemente han expresado ya su intención de llevar una relación institucional de respeto, consideración y consensos con la administración estatal. Saben que las confrontaciones estériles no llevan a algo bueno y menos, si en la coordinación de la bancada azul se siguen atendiendo instrucciones de Francisco, el ex gobernador.

A la sesión de apertura está confirmada la asistencia del gobernador Américo Villarreal, quien de esta manera envía el mensaje de la disposición de Ejecutivo para llevar una relación institucional respetuosa con el Congreso.

Pero quizá lo que ha generado ya expectación es el hecho de que se da por sentado que cuatro diputadas panistas tienen contemplado votar en favor de iniciativas que consideren sean de beneficio colectivo, a pesar de que desde la coordinación de su bancada les pidan rechazar por el simple hecho de que sean presentadas por el Ejecutivo o por diputados de otros partidos.

Las diputadas Mireya González, Sandra Luz García Guajardo, Danyia Aguilar Orozco y Nora Gómez han sido presionadas por diversos representantes del cabecismo residual para que se opongan a cualquier cosa que no esté alineada a los intereses de los cabecistas que permanecen enquistados en el Congreso, como Félix “Moyo” García, quien es el presidente de la Junta de Coordinación Política.

Por eso, la actitud de las diputadas panistas, alejada del control que quieren seguir ejerciendo los cabecistas quienes inclusive han llegado a las presiones y las amenazas, será fundamental para que se opere un cambio en la presidencia de la Junta de Coordinación Política, algo que hará cambiar la dinámica en las relaciones entre los dos poderes.

El cambio también permitirá a las diputadas panistas y al enorme grupo de panistas estatales que fueron desplazados por el cabecismo durante seis años, tomar distancia de los intereses que algunos siguen cuidando por instrucciones de Francisco. Esto ayudará al panismo tradicional a recomponerse y llevar una relación cordial, sin enfrentamientos y de respeto con el gobierno estatal, algo que no estaba en los planes del cabcismo enquistado en el Congreso.

Entre círculos morenistas y panistas se entiende que el hecho de que no voten por consigna contra las iniciativas del Ejecutivo o de otras fracciones parlamentarias, dará pie a una serie de acuerdos y alianzas coyunturales que van a facilitar el tránsito hacia una relación institucional más fluida y en el caso de los panistas, a lavar su imagen con la distancia que pongan respecto a los cabecistas.

Como decía: Uno de los últimos muros de la fortaleza política construida por el cabecismo está por caer y con él, se acelerará en los hechos el relevo sexenal, con todo el sello de Américo y la Cuatroté.

abarloventotam@gmail.com

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