La próxima semana quedará lista la integración del Comité de Entrega-Recepción en Ciudad Madero, para comenzar a trabajar en el proceso de transición. La fecha estimada para el primer encuentro entre los equipos que participarán en esto es el viernes 16 de agosto.

El Alcalde electo Erasmo González Robledo ha estado definiendo la lista de nombres de quienes tendrán a su cargo las labores de revisión del estado que guarda la administración municipal saliente, algo vital para ir planeando el arranque de su gobierno.

Para el equipo de colaboradores de González Robledo es importante poner especial atención a todos los temas, pues entre más y mejor información se tenga de las condiciones en que se encuentran las finanzas, las obras en proceso y los compromisos que están pendientes de saldar con proveedores, con bancos y hasta con las instituciones responsables de la fiscalización, más fácil será darle continuidad a lo realizado.

Durante la campaña, Erasmo mantuvo una relación cordial y respetuosa con el Alcalde saliente y también candidato a la diputación federal, Adrián Oseguera Kernion, lo cual no ha cambiado una vez que concluyó el proceso electoral. Sin embargo, como del 1 de octubre en adelante la administración municipal será responsabilidad de González Robledo, se entiende el enorme interés de saber cómo encontrará el gobierno local para evitar sorpresas desagradables.

De lo que se va a encontrar el comité de entrega recepción en Madero no se tiene la menor idea, pero lo que sí se sabe es que aunque ha estado ausente varios meses por cuestiones de la campaña y posteriormente por temas personales, Adrián dio la instrucción a sus colaboradores desde hace meses para que tengan lista la documentación, el inventario de bienes y lo necesario para que la transición sea tersa.

Eso es lo que se espera y lo que seguramente sucederá, aunque quienes se van deben tener claro de una vez que los que llegarán van a revisar cuidadosamente cada aspecto de lo que se recibe, para que la siguiente administración sea eficiente en el manejo de los recursos, en la ejecución de su programa de obras y en general, en lo que se refiere a marcar un estilo propio, diferente notablemente en el ejercicio del poder en Ciudad Madero.

Este es un relevo que puede impulsar a Ciudad Madero hacia nuevas condiciones de desarrollo, en las que las actividades económicas no dependan solamente de la industria petrolera o de la afluencia de visitantes a Playa Miramar en temporadas altas.

Lo que se busca es que mediante acciones gubernamentales a nivel local, con una coordinación eficaz con la administración estatal, así como el apoyo de los empresarios regionales y nacionales se logre un despegue que no se centre solo en dos grandes rubros económicos.

EL LLORIQUEO DE MONREAL

Ricardo Monreal Ávila, otrora poderoso interlocutor del presidente López Obrador y en buena parte del agonizante sexenio, aspirante bastante visible a la candidatura presidencial, está terminando su gestión como senador “comiendo sapos y sonriendo”, como se dice coloquialmente.

Antes de asumir nuevamente un cargo en la Cámara de Diputados como plurinominal, Monreal obedece la indicación que se le ha dado lo mismo desde la oficina del compañero Andrés Manuel que de la presidenta electa, para hacer turismo legislativo.

El expriísta que tiene a gran parte de su familia en la política de Zacatecas y la Ciudad de México, se encarga de encabezar algunos foros en los que se habla de la pretendida reforma al Poder Judicial que plantea López Obrador.

Aunque no son discusiones de fondo con especialistas, sí son eventos propagandísticos en los que se simula que hay un conocimiento pleno de los ciudadanos sobre el tema.

El punto es que Monreal, pese a su innegable experiencia legislativa y agudeza política que le han permitido saltar de una posición a otra, de un partido a otro y de un objetivo a otro, cumple con su papel de comparsa con tal de mantener su coto de poder y con la esperanza de seguir siendo tomado en cuenta por la próxima administración federal.

El todavía senador e inminente diputado federal a partir del mes entrante, se quejó ayer de que en Coahuila uno de los mencionados foros se suscitaron problemas derivados de la manifestación que hicieron trabajadores del Poder Judicial y que ocasionaron que fuera concluido abruptamente.

Monreal, como decía, es un tipo experimentado, curtido en las tripas del viejo PRI y enquistado en la burocracia dorada de Morena desde que acompañó a López Obrador en la fundación del partido.

La cercanía con Andrés Manuel le ha redituado bastante en lo político, tanto a él como a su parentela.

No sorprende que con ese conocimiento acumulado en décadas de militancia en el PRI y Morena -pasando por el PRD y el PT- quiera señalar a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña, de estar detrás de las protestas que legítimamente han hecho trabajadores del Poder Judicial, quienes temen perder beneficios contractuales con la modificación planteada por López Obrador.

Aunque Morena tendrá mayoría calificada y cuenta con lo necesario para sacar adelante esta y otras modificaciones constitucionales que quiere Andrés Manuel, la realización de los foros es para cumplir el requisito de darle cierta legitimidad a una decisión que está tomada y que obedece al empecinamiento del Presidente saliente para dejar avanzado lo que considera “su legado”.

Los foros sobre la Reforma al Poder Judicial son, en este sentido, más una simulación que un verdadero ejercicio de información a fondo y de retroalimentación no solo con la sociedad civil, sino también con especialistas en el tema y con los trabajadores de esa institución.

Es para que cuando se concrete el objetivo de Andrés Manuel y se confirme su enfrentamiento con la Suprema Corte, no haya demasiado espacio para que se cuestionen sus intenciones de llevar hasta el fin una idea que se afianzó cuando los ministros no estuvieron de acuerdo con el Presidente y echaron abajo varias de sus decisiones, por no cumplir con las normas constitucionales.

El papel de Monreal, su lloriqueo y su papel de patiño en estos foros de consulta sobre la reforma al Poder Judicial son entendibles en el contexto de su necesidad de seguir disfrutando de los beneficios de saltar de un cargo a otro, aunque ya sus aportaciones legislativas no sean tan bien vistas por el poder en turno.

Es una manera de mantenerlo ocupado, haciendo algo y alejarlo del verdadero protagonismo para las nuevas estrellas de la Cuatroté.

Lástima, porque pudo haber sido un elemento de mayor beneficio para la vida democrática del país.

abarloventotam@gmail.com

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